El cultivo de la lenteja

 

La lenteja (Lens culinaris) es una leguminosa cultivada para la alimentación humana. Sus semillas son fácilmente digestibles, ricas en hierro y calcio. Además, su paja es buena para la alimentación animal, teniendo sobre un 7 % de proteína. Por otra parte, desde el punto de vista agrícola aporta nitrógeno al suelo, como cualquier leguminosa.

En España, tradicionalmente, se han agrupado las variedades de lentejas en tres tipos: lentejones, de color verde amarillento; lenteja parda, de color pardo pajizo; y lenteja verde o verdina, manchada de azul sobre fondo verde oliva y jaspeado verde amarillento. En general, son variedades poco seleccionadas.


Clima y suelo

La lenteja tolera bien la escasez de agua, pero esta ha de estar bien distribuida. Aunque propia de climas cálidos, se adapta bien en Castilla y León, y Castilla-La Mancha. También se adapta bien a todo tipo de suelos, aunque prefiere los terrenos sueltos, arenosos, calizos y profundos.

Las lluvias abundantes, como los suelos muy fértiles, provocan un exceso de producción de forraje, con mucha paja y poco grano.

La lenteja necesita que el terreno esté bien preparado, mullido y libre de malas hierbas. Para que la tierra se halle en buenas condiciones, se deben alzar lo más pronto posible los restos de la cosecha anterior. Antes de sembrar se deben dar varios pases de grada para dejar la tierra bien desmenuzada, mullida y allanada. 


Abonado

Las lentejas, como todas las leguminosas, cubren sus necesidades de nitrógeno por simbiosis con Rhizobium en las nudosidades de sus raíces, por lo que no es necesario aportar nitrógeno, salvo que el terreno sea muy pobre en materia orgánica o muy pedregoso, para que las plantas se desarrollen a una altura normal.

Las necesidades de fósforo y potasio se deben cubrir con abonado químico. Son menos exigentes en cuanto a potasio, pero no por ello se debe de cuidar su adición. En terrenos pobres en calcio, las bacterias simbiontes no logran asentarse en las raíces, por lo que será necesario encalar cuando la tierra sea pobre en ese elemento.


Siembra ý labores posteriores

La siembra se suele realizar en febrero o marzo. Tradicionalmente se hacía a mano, pero ahora se utiliza sembradora de cereales. La profundidad adecuada es 4-6 cm. Los suelos arenosos admiten siembras más profundas, siendo más fácil en ellos la nascencia. 

La cantidad de semilla a utilizar dependerá de la fertilidad de la tierra y de la humedad de la misma.

Después de la siembra, conviene prestar alguna atención al cultivo, aunque las lentejas sean poco exigentes.

Si la tierra está muy apelmazada y con costra, conviene pasar una rastra de púas para romperla, facilitando la nascencia y la entrada al suelo del aire y la lluvia..

El pase de rodillo o rulo es sumamente interesante, ya que una vez han nacido las lentejas conviene alisar el terreno para facilitar la recolección mecanizada.

Otra labor cultural de interés es la escarda, ya que las lentejas se ven frecuentemente invadidas por cardos, avenas locas, cenizos, etc. Se puede realizar con herbicidas.


Recoleccióm

Tradicionalmente, la recogida se hacía arrancándolas, cuando empezaban amarillear, antes de que hubieran madurado por completo para evitar las pérdidas por desgranado.

En la recolección mecanizada, al segar las plantas, las plantas deben estar secas, pues de lo contrario la máquina no corta bien las plantas y se dan pérdidas. Conviene segar al comienzo de la mañana con un poco de rocío, pues si la planta no está suave se darán pérdidas por desgranado. Pero si la humedad de la mañana es excesiva, hay que evitar que ocurra lo mismo que cuando la planta está verde, que no corte bien la máquina. Por la tarde no se debería realizar la siega de las lentejas.

Una vez segadas, el sistema tradicional era por acarreo, trilla y limpia. Actualmente se impone el uso de cosechadoras.


Plagas

Las plagas más frecuentes de las lentejas son los gorgojos, de las especies Bruchus signaticortis y Bruchus lentis. Miden unos 3-5 mm. Tienen una generación al año. Al comer muchas sustancias de reserva de la planta, disminuye el peso del grano., aunque no siempre pierde este su capacidad germinativa.

Una buena medida preventiva es evitar sembrar lentejas que hayan sido atacadas por gorgojos. Como lucha directa, está la pulverización con insecticida, evitando hacerlo cuando haga aire o mucho calor, para que no se seque. 

En los graneros, la desinfección también se hace a base de insecticidas.



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