Las características que tiene que tener una alfalfa para el pastoreo han de ser resistencia al pastoreo y a la sequía. Las variedades comerciales recomendables se puede dividir en dos grupos, según su hábito de crecimiento, rastreras y erectas. Las alfalfas rastreras se extienden horizontalmente en el suelo por rizomas o estolones, lo que las hace más resistentes al frío, a la sequía y al pastoreo; tienen como desventaja una larga parada invernal y escasa capacidad de rebrote, lo que las hace ser poco productivas. Las alfalfas erectas poseen una fuerte raíz pivotante que profundiza en el suelo en busca de agua. Independientemente de estos grupos, en España estás las mielgas, alfalfas silvestres de crecimiento espontáneo en márgenes de campos y cunetas, aptas para la futura selección y mejora.
La alfalfa es una planta sensible al pastoreo. El ganadero ha de conocer el uso de las reservas por la planta, para evitar su debilitamiento y muerte prematura por el pastoreo.
En las primeras fases de crecimiento, la alfalfa se desarrolla por las reservas acumuladas en la raíz y en la corona, reservas que se restituyen una vez que la planta ha alcanzado un determinado nivel de desarrollo en volumen de hojas o primeras fases de floración. Si la planta se aprovecha antes de recuperar sus reservas, se agota y muere prematuramente.
La corona de la planta es un factor que hay que tener en cuenta para la tolerancia al pastoreo. Las variedades con la corona más enterrada tienen más posibilidades de sobrevivir, ya que son menos dañadas por los animales. Las plantas rizomatosas son mejores para este fin, ya que por su capacidad para producir tallos subterráneos, además de servir de almacén de reservas, les causa menos daño el pisoteo por los animales.
Planificación del pastoreo
Son recomendables las siguientes indicaciones:
1. Realizar el pastoreo a intervalos, para que las plantas se pueden recuperar con las reservas.
2. El ganado ovino es selectivo a la hora de elegir las partes más digestibles de la planta, como son puntas y tallos. Pero la alfalfa rebrota mejor cuando el aprovechamiento del tallo es completo. Por esta razón, conviene, para evitar el pastoreo selectivo, usar altas cargas de ganado por unidad de superficie.
3. La producción en secano es muy dependiente de la climatología, por tanto la carga de ganado se debe ajustar con ella. La oferta de forraje se concentra en la primavera, con rebrotes en verano y otoño, dependiendo estos de lluvias ocasionales.
El sistema más adecuado es el pastoreo rotacional, realizándose divisiones en el alfalfar, con rotación del ganado en los distintos cuarteles en los que se divida.
Evitar el meteorismo y los problemas por fitoestrógenos
Para los rumiantes, la alfalfa es uno de los forrajes más completos que existen. Posee más de un 20 % de proteínas. Sin embargo puede acarrear dos importantes problemas: la muerte de cabezas por meteorismo y el descenso de fertilidad de las hembras, por su contenido en fitoestrógenos.
El meteorismo o timpanismo se da por la imposibilidad por los rumiantes de eliminar un alto contenido de gases producido en el rumen, por distintas causas. Se suele dar en las dos primeras horas que siguen a la ingestión de la alfalfa. Con un manejo cuidadoso del ganado se puede evitar, para ello se debe evitar el aprovechamiento de la planta en estados jóvenes y que se introduzcan en el alfalfar animales hambrientos. Conviene iniciar el pastoreo en el inicio de la floración o en el nuevo rebrote, suministrar paja antes del pastoreo, y sembrar la paja con gramíneas (no es imprescindible si se siguen las recomendaciones anteriores).
Los fitoestrógenos de la alfalfa son principalmente isoflavonas y cumestrol, que en concentraciones normales no causan problemas. Pero si se presentan en concentraciones altas y se ingieren de forma continuada, pueden provocar alteraciones en las hembras, como alteraciones en los ciclos hormonales reproductivos. Normalmente no es un problema, ya que sólo se suele producir cuando se pasta alfalfa por un tiempo continuado, de tiempo largo y con pasto en malas condiciones; nada que ver con los alfalfares de secano, donde se aprovechan con otros forrajes y pastos naturales, y además se limita a algunos meses del año.
Duración
El alfalfar de secano, según el manejo, puede durar de cuatro a diez años. Una prueba del envejecimiento del alfalfar vendrá dado por su invasión por las malas hierbas.
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